viernes, 28 de septiembre de 2012

HISTORIA


HISTORIA

festival pasifika en Auckland

La historia registrada de las cultura Polinesia es una de las más recientes a nivel científico, comparadas con el resto de culturas del mundo.

El poblamiento de Polinesia se inició hacia el año 1000 antes de Cristo a partir de la región de Samoa considerado como el verdadero centro de dispersión de la cultura polinesa. Desde allí ocuparon las islas Cook, Tahití y Tuamotu y arribaron a las islas Marquesas en el siglo III después de Cristo. A Hawai y Pascua entre el siglo IV y el siglo VI. Y ya a partir de Tahití, llegaron a Nueva Zelanda desde el siglo VIII.

Se conformaron diveros estados regidos cada uno por un Tu'i, en Samoa (Tu'i Manua), Fiyi (Tu'Polotu) y Tonga (Tu'i Tonga). A partir del año 950 se incrementó el poder del Tu'i Tonga con sede en Tongatapu, que llegó a controlar las regiones de Samoa, Fiyi y Tonga, con una red de alianzas matrimoniales con jefes locales de varias islas y además, una estratégica red comercial a través del océano Pacífico.

Las culturas y las civilizaciones de Polinesia y las islas del Pacífico fueron conocidas por Asia, África continental y Europa después de la colonización de América.



CONTACTOS CON AMÉRICA


Anteriormente al descubrimiento de la cultura Polinesia por parte del mundo antiguo, es probable que los incas navegaran y comerciaran intercontinentalmente con los polinesios de las Marquesas u otras islas de Oceanía desde mucho tiempo atrás, conociendo su constante incursión en expediciones a mar abierto, lo que puede explicar que el camote (Ipomoea batatas), que es una planta americana, apareciera tempranamente en áreas de Nueva Zelanda.

También es muy probable que dichos contactos también se hubieran establecidos con culturas que habitaban la costa sur de Chile, todo en tiempos precolombinos, y se ha comprobado que en el siglo XIV, gallinas de Tonga llegaban hasta la costa pacífica de Sur América.

Otros indicios que prueban la colonización polinesia de la región mapuche de Chile son 6 cráneos encontrados en la isla Mocha con la típica forma polinesia pentagonal del cráneo y por la forma de la mandíbula.

SIMBOLOGÍA

SIMBOLOGÍA POLINESIA: TATUAJES


La cultura polinesia fue la gran difusora del arte del tatuaje hacia occidente, que llegó hasta nosotros a través de los marinos que visitaron sus costas. Pero esta práctica no tenía una motivación exclusivamente ornamental, sino que representaban una manifestación cultural, de identidad o un camino espiritual, por eso es importante conocer el significado de los tatuajes polinesios, para poder apreciar plenamente su arte.

Es sabido que las islas polinesias, los tatuadores gozaban de gran prestigio, pues su oficio estaba relacionado con la magia y el más allá. Las personas se tatuaban comoforma de obtener algo, ya sea para la batalla, como para la vida cotidiana.

Si bien estos tatuajes tenían formas geométricas, estaban vinculados con el entorno, representaban animales, personas, plantas, además de los elementos geométricos. Uno de los motivos más comunes en este estilo de tatuaje es la tortuga marina, que se presenta como un vínculo con la naturaleza.

Una de las herramientas primitivas empleadas para hacer tatuajes eran los dientes de tiburón. Esta técnica era muy dolorosa y los guerreros se empeñaban en tatuar todo su cuerpo como forma de demostrar su valentía.



LEYENDA Y SIGNIFICADO DE LOS TATUAJES POLINESIOS

Según cuenta la leyenda, el arte del tatuaje fue enseñado a los humanos por los dos hijos del dios de la creación, Ta’aroa. Por este motivo, el tatuaje era considerado como sagrado (tapu) y estaba restringido a los iniciados. No cualquiera podía practicar el arte del tatuaje, sino los chamanes (tahua), que eran los maestros religiosos, encargados de custodiar las técnicas de este arte y conocían los significados de cada diseño. Para determinar qué diseño tendría y la zona del cuerpo que debía ocupar un tatuaje, se debía recurrir a la genealogía, el rango social y los logros personales de cada persona. Antes de recibir un tatuaje, era muy importante someterse a un período de purificación del cuerpo y el alma, que incluía ayuno y abstinencia sexual.

El proceso del tatuaje era terrible, el candidato era inmovilizado sujetándolo a dos troncos de plátano, mientras el tatuador entonaba cánticos que acompañaban el ritmo de los golpes del instrumento sobre la piel. No debía permitirse que la sangre cayera al suelo y era limpiada con un tapa (pieza de tela fabricada con corteza de árbol). Los significados de cada diseño y su posición en el cuerpo, están recogidos en el “Diccionario de los símbolos del tatuaje tribal polinesio”. Un detalle interesante, pero que con el uso moderno de los tatuajes se ha dejado de lado, es que cada diseño representa a la persona que lo usa, es una marca identificatoria, por lo tanto, no debería copiarse en absoluto. Esto también corre para los tatuajes modernos.

El tatuaje en los jóvenes marcaba la entrada a la etapa adulta y se realizaba a los 12 años. Con el correr del tiempo, se iban agregando otros tatuajes. El prestigio de un hombre crecía con la cantidad de tatuajes que tenía. Los tatuajes eran símbolo de poder y riquezas. Los tatuajes más elaborados estaban reservados para los jefes y los guerreros. Los hombres que no tenían ningún tatuaje en su cuerpo, sufrían el desprecio de la tribu.

Las jóvenes recibían un tatuaje en la mano derecha a los 12 años, esto indicaba que ya eran mujeres y por tanto se les permitía preparar las comidas y participar en la preparación de los difuntos. Las mujeres solían recibir menos tatuajes que los hombres, generalmente sólo la mano, los brazos, pies, orejas y labios. El tatuaje en las nalgas y muslos, estaba reservado para las mujeres de alto rango.

En la actualidad sólo se conservan los diseños y el estilo, mientras que se han desechado las técnicas y los significados.

jueves, 27 de septiembre de 2012

RELIGIÓN

RELIGIÓN


La Polinesia comprende Nueva Zelanda, Hawai, Tahití y la isla de Pascua, entre otros archipiélagos. Las creencias de sus habitantes incluían toda una serie de divinidades similares a las del Olimpo griego; es decir, no son deidades identificadas únicamente con las fuerzas de la naturaleza, como es habitual en este tipo de zonas no civilizadas, sino seres humanizados con relaciones de amor, sexo, odio y rivalidades.

En Melanesia (compuesta por Nueva Guinea y otras islas menores como las Hébridas o Nueva Bretaña) la acción de los misioneros hizo que muchos de los cultos religiosos se perdieran en pocos años. No obstante, nos han quedado algunos restos muy interesantes, como los coloristas y complejos dramas cultuales -a medio camino entre el teatro y la celebración ritual- que celebran algunas de estas tribus.

Muy pocos de los ritos de Micronesia (infinidad de pequeñas islas más al norte de la Polinesia y la Melanesia) han llegado hasta nosotros, debido a la despoblación de las islas y la facilidad con que muchas tribus abandonaron sus creencias para pasarse al cristianismo. Pero se conocen algunos detalles de cultos bastante curiosos y con un componente sexual muy claro.

Los "dema" melanesios

- Sacrificios humanos, canibalismo y teatralidad 
- Los suntuosos dramas cultuales 
- Ritos de iniciación juvenil 


SACRIFICIOS HUMANOS, CANIBALISMO Y TEATRALIDAD


El legado de los aborígenes melanesios, hoy casi extinto a causa del descenso demográfico, la imposición o asimilación cultural y los cuatrocientos años de evangelización misionera, es variado y sorprendente: de la crueldad de los sacrificios humanos a una ingenuidad rayana en lo infantil, pasando por el impresionante espectáculo de los coloristas dramas religiosos dedicados a los dema o dioses.

La afición de algunas tribus de Nueva Guinea y otras islas de la Melanesia a coleccionar cabezas de enemigos e incluso a comerse a los prisioneros ha llevado a muchos a considerar bárbaras estas culturas. Pero otras civilizaciones que se han considerado muy avanzadas, por ejemplo, la de los aztecas, también practicaron la antropofagia ritual y no fueron tildadas de primitivas. Por otro lado, el sacrificio humano y el canibalismo fueron sucesos aislados e infrecuentes entre aquellos nativos y, además, cuando sucedieron tuvieron una razón claramente religiosa.

En algunos grupos melanesios de la isla de Nueva Guinea se veneraba a los dos dema gemelos que, según la leyenda, habían conseguido acabar con un jabalí gigantesco que asolaba a los ancestros de las tribus, atravesando los testículos del monstruo con una lanza. Los gemelos y su madre se comieron más tarde la carne del malvado jabalí.

Este es el mito que reproducían los melanesios cazadores de cabezas:
"Y al devorar a sus prisioneros más realizaban un acto de comunión con los sagrados dema, que daban satisfacción una bárabara afición al sabor de la carne humana o a la crueldad. Para los melanesios, el cuerpo del dema-jabalí se proyectaba simbólicamente durante el rito en la carne del prisionero"

De hecho, muchos de estos rituales se celebraban, y se siguen celebrando, sustituyendo la carne humana por carne de cerdo, animal que además tiene gran importancia en las sociedades melanesias. La riqueza y el rango social de unBig Man (hombre preeminente) se calculan por el número de cerdos que posee.

Un tipo de ceremonias que ha suscitado la curiosidad de los etnólogos, antropólogos y estudiosos de la religión en Melanesia son los llamados dramas cultuales. En ellos, los participantes se pintan con colores muy vivos, se disfrazan con estrafalarios atuendos y se ponen unas máscaras rituales que han hecho famosa la cultura de la zona.

Algunos de los grupos étnicos melanesios, especialmente los marind-anims del sur de Nueva Guinea, tenían estas representaciones como la fiesta principal del calendario. Se les llamaba mayo y mientras duraban se suspendía cualquier otra actividad, como pudiera ser la caza de cabezas u otros actos de culto.


LOS SUNTUOSOS DRAMAS CULTURALES


Los ritos del mayo no podían ser presenciados por personas ajenas a la tribu. En ellos, los actores personificaban a cada uno de los dema. Para las vestimentas se usaban varas de bambú, pieles, plumas de casuarios, aves del paraíso y patos e incluso semillas. Las máscaras eran de madera e incorporaban figuras simbólicas.

La que representaba al dema del Sol era especialmente impresionante: casi tres metros de abanico amarillo a modo de corona solar. Las máscaras de los elemas, también de Nueva Guinea, de forma oval y acabadas en punta, recordaban a las africanas y formaban parte de una representación siniestra, al estilo de las danzas de la muerte medievales, en las que los espíritus del mal, procedentes de las profundidades marinas, atemorizaban al espectador.

Dignas de mención son también las máscaras de los bainings (Nueva Bretaña), llamadas haraiga, que solían medir entre diez y quince metros. Se ha conservado incluso una de casi treinta metros. Para poderlas llevar sin dañarse, los actores debían ayudarse de fuertes varas de bambú. Muchos de los mensajes que se daban durante las representaciones eran un misterio incluso para la gran mayoría de los espectadores, ya que sólo los iniciados (los sacerdotes) podían comprender el significado de los ritos y su relación con la vida y milagros de los dema.


RITOS DE INICIACIÓN JUVENIL

Como en otras culturas con un fuerte apego a la naturaleza y poca tendencia a la abstracción individual, los indígenas de la Melanesia valoran sobremanera los cambios de edad y de manera especial el paso a la edad adulta. En varias de la tribus de Nueva Guinea, por ejemplo, bukauas, yabims o tamis, la fiesta de iniciación es la más importante del calendario. El dema que regía esta fiesta se llamaba Balum y se representaba en los dramas cultuales como un ser monstruoso que devoraba a los jóvenes aspirantes a adulto para luego escupirlos. Mientras se sacrificaba un cerdo a Balum, los jovencitos eran circuncidados, lo cual significaba su "muerte temporal" durante el rito y, por tanto, su paso a otra vida, en este caso la vida adulta.

Muchos de los dema importantes entre los pueblos aborígenes melanesios tienen un origen mítico común, pero las diversas tribus no se ponen de acuerdo en sus nombres. No obstante, mencionemos al cocodrilo que extrajo del agua las primeras extensiones de tierra, para crear el lugar donde habitan los hombres. O a la madre común, personificada en distintos animales, que era objeto de una veneración principal. También nos ha llegado el nombre de Geb, un dema que suele ser identificado con el ser supremo y de cuyo cuerpo salió el primer plátano.

Como los sioux con el bisonte, los melanesios identifican a su deidad principal con su sustento alimentario. Nombremos también a Yawi, que se identifica a su vez con un cocotero. También se rinde culto a los antepasados familiares; este culto se conserva en la actualidad y es similar al de muchas tribus de África occidental. Los ancestros se cuidaban de proteger a los nativos de cada clan de la influencia de los espíritus malignos que habitaban la selva, y además velaban por su prosperidad y salud.

Asimismo, podían castigar a sus descendientes si se portaban mal, pero en general los ayudaban. Por otro lado, según la visión de los aborígenes, esta ayuda tiene algo de interesada, ya que si los descendientes desaparecieran por una guerra o epidemia, los antepasados se quedarían sin familia, con lo cual se desarraigarían y se convertirían en espíritus malignos. Muchas de las costumbres mencionadas hace ya tiempo que dejaron de practicarse. Las enfermedades que los blancos llevaron a los Mares del Sur diezmaron muchas poblaciones, y la acción de los misioneros también ayudó a enterrar viejas creencias.

Por otro lado, el indígena melanesio ha tenido una cierta tendencia a dejarse deslumbrar por todo lo foráneo. Por tanto, sepamos que de todo lo explicado sobreviven restos entre las tribus que menos se han dejado influir. Pero muchas de las máscaras de los dramas cultuales -por poner un ejemplo representativo- sólo pueden verse hoy día en los museos.

LENGUAS

LENGUAS


Las lenguas polinesias forman parte de las lenguas oceánicas (parte a su vez de las lenguas malayo-polinesias; las lenguas más afines a las polinesias son las de Fiyi y en segundo lugar las lenguas micronesias.

La cultura polinesia se considera proveniente de la cultura lapita, la cual se desarrolló principalmente al Norte de Melanesia hace 3000-3500 años y se extendió por el Oeste de Polinesia (Futuna, Samoa, Tonga) hace 2100-3200 años.2 La cerámica simple polinesia sería una simplificación del complejo cultural lapita causada por el aislamiento.

Probablemente provenientes de Indonesia, los autores de la cultura lapita, migraron primero por Melanesia hasta desarrollar una cultura de grandes viajes en sus piraguas dobles. Entre los años 1600 a. C. y 1200 a. C. se desplazaron desde lugares como el Archipiélago Bismarck, Vanuatu y Nueva Caledonia, hasta Samoa, Fiyi y Tonga.


EVIDENCIA GENÉTICA

El hallazgo de un único marcador genético que produce la alfa talasemia, permite deducir que los polinesios descienden de colonizadores melanesios. Por otro lado, un alelo (gen) polinesio de los antígenos leucocitarios humanos (HLA), es compartido por otras poblaciones malayas, chinas y japonesas, lo que indicaría un origen asiático.

La genética matrilineal (mitocondrial) indica que un 94% de los polinesios tendría un origen asiático siendo mayoritariamente del haplogrupo B4a1a, como en parte de Indonesia y en algunas tribus aborígenes de Taiwán; frente a un 6% de origen melanesio. En cambio la genética patrilineal (cromosoma Y) indica lo contrario, siendo mayoritario el haplogrupo C2a1, relacionado con las poblaciones melanesias, de tal manera que en un 66% del linaje masculino polinesio tiene un origen melanesio, frente a un 28% de origen asiático, concluyendo finalmente que Polinesia tiene un origen dual proveniente tanto de poblaciones austronesias como papúes.


EVIDENCIA LINGÜÍSTICA


Las lenguas polinesias son el principal factor que define toda la región. Si seguimos la relación de parentesco con las demás lenguas malayo-polinesias, se puede deducir el proceso migratorio que dio origen a los pueblos polinesios.

A lo largo del océano Pacífico se ha establecido una relación que une el área triangular entre el hawaiano, maorí y rapanui, cuyo centro con mayor diversidad lingüística está entre Samoa, Tonga y Tuvalu; estos pueblos provendrían de Fiyi, centro de expansión de las lenguas fiyiano-polinesias, las cuales provienen a su vez de las lenguas oceánicas, con gran variabilidad en las las islas del Norte de Melanesia. Las lenguas oceánicas vendrían de Célebes donde se desarrollan las lenguas sulawesi-polinesias, que conjuntamente con los pueblos del archipiélago Malayo proceden en última instancia de Taiwán, cuna de las lenguas austronesias.

GEOGRAFÍA

GEOGRAFÍA

Geográficamente y simplificando, Polinesia puede describirse como un triángulo de 30 millones de km2, con sus esquinas en Hawái (1), Nueva Zelanda (2) y la Isla de Pascua (3). Los demás grupos principales de islas situados dentro del triángulo polinesio son Samoa (5), Tonga y las cadenas de islas Cook y la Polinesia francesa (7). Fuera de este gran triángulo está Tuvalu. Hay también enclaves de población polinesia en Papúa Nueva Guinea, islas Salomón y Vanuatu.

Hay dos tipos principales de islas: los atolones (las llanas de formación coralina), como Tahití; y las de formación volcánica (elevadas), como Hawai.


ISLAS

Mapa de islas de Polinesia


Bahía de Cook, en Moorea


La Polinesia tradicional comprende una serie de archipiélagos e islas:

- Islas Hawai (EE. UU.)
- Islas Fénix y de la Línea (Kiribati)
- Islas Tuvalu (Tuvalu)
- Islas Tonga (Tonga)
- Archipiélago de Tokelau (aún dependientes de Nueva Zelanda)
- Islas Cook (Nueva Zelanda)
- Niue (Nueva Zelanda)
- Islas de Wallis y Futuna (Francia)
- Samoa (independiente) y Samoa Estadounidense, (EEUU)
- Islas Tubuai (Polinesia Francesa)
- Islas de la Sociedad (Polinesia Francesa)
- Islas Tuamotu (Polinesia Francesa)
- Islas Marquesas (Polinesia Francesa)
- Rapa (Polinesia Francesa)
- Islas Australes (Polinesia Francesa)
- Islas Pitcairn y dependencias (Reino Unido)
- Isla de Pascua (Chile)

LENGUAS OCEÁNICAS

LENGUAS OCEÁNICAS





DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA

Oceánico occidental: En las costas norte y este de Nueva Guinea y en Nueva Bretaña. Almirantazgo y yapés:     Meso-melanesio propiamente, San Matías, Nueva Irlanda y mitad noroeste de Islas Salomón.
Salomónico suroriental: Temotu
Oceánico meridional: en Nueva Caledonia y Vanuatu.
Micronesio Fiyiano-polinesio o Pacífico-central: en la Polinesia y Fiyi.


Las lenguas oceánicas son un subgrupo de las lenguas austronesias formado por 450 lenguas. El área ocupada por sus hablantes son las Islas del Pacífico de Oceanía, que incluye Polinesia, Micronesia y Melanesia (sin incluir la mayor parte de Nueva Guinea).

A pesar de esta área, las lenguas oceánicas son habladas por algo menos de 2 millones de personas. Las más habladas son el samoano con unos 300.000 hablantes y el fiyiano oriental, con 500.000.

El ancestro común, el cual está reconstruido se llama proto-oceánico (POc).